martes, junio 24, 2008

Sin exabruptos...

Lunes, 23 de Junio de 2008

Como el domingo estuviste en el monte, con amigos, sendereando, mirando plantas y aprendiendo nombres que olvidarás rápido, como siempre; como después vinieron la cervecita, la buena comida y la mejor charla; como todavía te duran el enrojecimiento de la piel (¡soles de justicia!) y el aire puro en los pulmones; como se avecina un buen verano de viajes y descansos… no puedes evitar el semblante risueño y las buenas disposiciones.
No exabruptos hoy, pues.
Como si el mundo estuviera bien
hecho.
Y la mierda recogida bajo la alfombra.
Algún día alguien tirará del pico de la susodicha
y el delicado aroma nos embriagará con sus esencias
de podrida pulcritud y razones universales
para el asco más o menos contenido.
Seguiremos seguramente y no obstante viviendo,
haciendo cuadrar nuestros ritmos con el vuelo
de la mosca azul que se detiene y vibra
sobre el montón de vigente consistencia pastosa
y persistente.
Émulos del insecto que fumigan, dicen, las avionetas
de nuestra conciencia plena de pejiguerías alarmadas.
Nuestras conciencias: las de los que podemos permitirnos, parece,
tener conciencia porque no nos sobrepasa en exceso la presión de la hipoteca, ni los plazos del BMW todoterreno de ecológica prestancia social y amplio espacio para carritos enteros de Carrefour en sus bodegas de equinoccial aventura y trayecto de anhelados universos…
Redescubriste el método en la libreta húngara, y lo aplicas ahora con el trazo casi ilegible de tu letra apresurada, zumbona, mosquil también ella, en el refugio autista de este sillón en una esquina de la sala de profesores, donde tus compañeros parlotean y esperan sucesivas “sesiones de evaluación”, cansinos restos de trabajo rutinario, perdido, dilapidado.
Ausente ya y en el mundo casi de la habitación y el ventilador del retiro veraniego. Dispuesto a tolerar hasta su fin todas las insensateces, con una sonrisa en los labios y la hiel entre los dientes… ¡Mmmm, qué rica! Deshaciéndose tu silueta en difuminos transparentes, vibrantes de calor y nada que deletreas demorándote en lenta desintegración pausada, y sutil, y definitivamente distante de este mundo que abandonas por un rato, y hasta que los hados nos devuelvan a la lucha cotidiana…
Cansado, feliz y ausente…

P.D.: Habrá próxima entrega exclusiva con fragmento de libreta húngara… ¡Es que era muy largo!

martes, junio 17, 2008

Fin de curso

Martes, 17 de Junio de 2008

El fin de curso está lleno siempre de tópicos, ya sabes, pero para ti es fundamentalmente el del cansancio el que se impone. Cansancio existencial, que se dice: balance de fracasos, fracasillos y fracasazos… Calculadora en ristre, contabilidad de barbaridades recibidas en forma de exámenes y trabajos, y papel escrito a mayor gloria de la sección de papelería del híper en cuestión…
Así que, atareado como estás, te das un paseíllo por la libreta húngara, a ver qué pescas…
(Un momento, ahora vuelves…)
Y encuentras este jueguecillo, que empieza sin fecha…

Iba a ser un comienzo, pero la relectura despista. ¿Será un recomienzo? Iba a ser un juego. Pero la mala leche no siempre regresa cuando uno la solicita. Escasa provisión de resentimientos, ahora: hasta la música suena de modo diferente.
(Pondremos la fecha: Domingo, 28 de Octubre de 1990).
Habría que elegir a la víctima.
Fugaz repaso.
¿Noches de copeo?
Los rebaños de Maripuris y Marianos se apelotonan en el pasillito de La Marxa. Yo también, allí, ecuación, Mariano, me resuelvas la ecuación.
Como el programa de Tele-5, entrevisto en fugaz záping: Eros Ramazzoti y convulsiones bailarinísticas –juegos de vídeo-, informalismo hiper-afectado, bochorno de emulación rapera para niños repletos de etiquetas.
(No se pierde tan rápidamente la forma).
¡En negros se convirtieran!
Y con Alou vendieran
baratijas, bueno, relojillos, bonito,
y el aparato, barato,
de descorchar lechugas sacudieran
…presas de patas-alas y pies.
Samaniego enronqueciera si tal oyera, y por los suelos, oyes, por los suelos a pulso el prestigio ganado a sombrerazos con conejos, el prestidigio se dijera, si uno, cualquiera, supiera.
Me escuches la moraleja atentamente y me aprendas, que las raíces cúbicas se aplanen, y las hélices del helicóptero que dilecto concursante obtuviera como justipremio giren, roten, se estremezcan.
El juego degenera.
¿Precalentamiento?
Prefiriera citar a dioses
entreverados,
y aludir a virtudes, profesiones de innegable
valor erudito, pero sólo exabruptos
se me ocurren. El tonillo…

martes, junio 10, 2008

Hambre, Consumo y Filosofía

Martes, 10 de Junio de 2008

Hoy la libreta húngara va a reiniciar su sección cascarrabias, largo tiempo interrumpida. Así es que me la traigo a la cocina (sólo son las ocho y media de la mañana, pero estoy preparando ya la comida del mediodía: unas judías verdes con jamón) y comienzo con furia cegata (no me he traído las gafas) a largar por esta boquita que ya hubiera querido darme dios (a ese que le den, calentando motores, que se dice…)
Todo empezó seguramente con la vergüenza de la Conferencia de la FAO para la alimentación. “Oh, cielos, acuden dos dictadores, uno negro y otro moro, me indigno, me indigno y me indigno…”, clamaban en las norticias occidentales, ante la amplia sonrisa comprensiva (los estiramientos faciales no le permiten otro gesto…) del gran demócrata y perfecto huésped, Berlusconi. Delegaciones trajeadas y guardaespaldadas, que han consumido presupuesto suficiente en esta “cumbre” como para solucionar de verdad más de diez, y más de cien, problemas “reales” le han dado al pico y a la hipocresía todo lo que han podido, a costa nuestra y de los presuntos beneficiarios: ¿de qué se reían en sus maravillosos encuentros “salvadores”? Es genial: enormes cuchipandas en honor de los desheredados del mundo, gran carcajada en sus mismas narices…
Pero nos hemos olvidado pronto de eso: ha llegado nuestra Gran Supercrisis. Los transportistas (malos, malos y malos…) hacen huelga, los pescadores hacen huelga, todos corremos al Carrefour más cercano, carrito en ristre, para no quedar “desabastecidos”, y aprovechamos para llenar el depósito de nuestros flamantes automóviles (y el bolsillo de los especuladores…). Pero…¿estamos ya definitivamente locos? Con lo que hay en mi casa ahora mismo (y hace una semana que no vamos a la compra) subsisten veinte familias africanas durante tres o cuatro años enteros… ¿En qué narices nos hemos convertido?
Penúltimo asunto, no quiero ponerme pesado. Sindicatos de profesores y Asociaciones de Padres y Madres han convocado manifestaciones en defensa de la escuela pública, y contra las “genialidades” pedagógicas de la Administración autonómica (recorte en el temario en Educación para la Ciudadanía –la homosexualidad, por ejemplo, no existe en el Levante Feliz-, que se dará en inglés y que se podrá aprobar con un trabajito “dirigido” por el papá del “niño” –las mamás de esto no saben-; eliminación de horas de Filosofía en Bachillerato…) para hoy, a una hora perfecta: en medio del partido de fútbol de la Eurocopa, España-Rusia. Entre eso y la lluvia, vamos a ser diez…
Lo mejor de todo: la perfecta división. Camioneros por un lado (también divididos: autónomos y asalariados), pescadores por otro, profesores de filosofía por allá (¡han llegado a plantear cambalaches horarios con Religión para no perder horas –lo “pedagógico”, como se ve, por encima de todo-, en vez de pedir de una vez por todas que Magia y Hechicería –parecemos Harry Potter- desaparezca del programa…), consumidores a lo suyo…
Pero eso sí: Berlusconi y los suyos nos salvarán del hambre, la miseria y de toditos, toditos los males…
¡Pero qué asco, dios suyo, qué asco!

De propina, un mini-texto del 92, sin fecha, que hasta parece que viene al caso…

Ser preso en la gruta del doble rostro,
clausurado. No sólo el silabeo liberará
puertas de huida, ni rayos ilusorios luminosos,
ni soles de revelación henchida
de saberes a ciencia cierta recitados,
en perfecta armonía de mentira adivinada,
de acecho encarnizado y consecuente.
Asedios.
Ingeniero de desvío y refugios
en calma de horas bienpensantes.

martes, junio 03, 2008

Mesas y Preámbulos


3-6-2008
Has girado la página de, por supuesto, la libreta húngara recuperada. Es un poco incómodo escribir de este lado, por detrás: tu mano tropieza con el centro del cuaderno, la página (¡aún está muy al principio!) se comba y ofrece una superficie inestable…
Vas a fotografiar la mesa del estudio. Es la misma sobre la que escribiste el final del texto del post anterior que vas a copiar ahora (era muy largo…). Crees recordar que la compraste en el 88: una inmensa mesa de oficina, que embutiste en el mini-estudio del apartamentito de la calle Borrull, en el centro de Valencia: cuarenta metros cuadrados en un edificio rehabilitado (¡30.000 pesetillas de las de entonces, cuando tu sueldo de profe novato no llegaba a las 100.000!), con una terraza estupenda que los gatos del barrio realquilaron a placer y los falleros llenaban de cañas de cohete a fecha fija, con la torre de la Iglesia de San Sebastián y sus simpáticas campanadas permanentes, y con la ventana de tu habitación a menos de cinco metros del autobús que hacía retemblar todo el edificio a su paso, donde existió Isabel y donde tantas cosas fueron…
La vas a fotografiar y quizás en la foto aparezca su sombra alargada en el tiempo, sufrimientos de desármame y vuélveme a armar en los tres o cuatro traslados que ha padecido, reumas vigilantes y suave resistencia a tu peso en desconsideradas sesiones de escritura y, tantas veces, sandeces de pecado juvenil y podredumbres nobles del adulto que se supone que eres, tantas veces…
Homenaje pues a la mesa, y a lo que debía venir tras el PREÁMBULO, y quién sabe si vino, quién sabe….

24-12-92

PREÁMBULO
Cuando una frase definitiva queda,
al hilo de la búsqueda,
sobre el tapete,
o una canción estudiadamente envejeciendo
de los Smiths
tal vez para la cita.
O en tanto, tanto da, que de rosa
lo que queda
de ciertas reflexiones al respecto.
A INTERRUMPIR
.
.
.
En el grano aparece el artilugio
dispuesto para la delicada
operación y vivisectores, hasta la fractura
de la voz.

En el el cielo del razonable estímulo
necesario,
o la volea también, eso es, definitiva.
.
.
.

Y dijimos: llovía sobre la ciudad,
resbalaban las aceras, yo aprendía
a conducir el viejo cacharro
de mi padre: un coche, por otra parte,
en perfecto estado y con no demasiados
kilómetros.
Carretera de Cintra,
también.
Hemos llegado al principio del objetiovo, que es el de siempre, entre las brumas del Capudre y una olla de ancas de rana.

Falta el foco cenital
y que no nos desvíen, recordémoslo, del puntito en el centro
de la diana,
porque es un arrebato efímero que concluye
con la puesta de largo del sol y los envases
vacíos estallando en el contenedor del vidrio una mañana de domingo,
en chándal y con tacones,
con los perros que ladran cuando pasamos
por delante, dulce ambiente familiar.
.
.
.
Reduzcamos a tiernas poéticas de academia
este asunto de psicópatas armados por la ley del embudo.
Entre muslos ajenos correrá la tinta,
y tal vez hagamos una película, que tampoco estaría
nada mal.