viernes, marzo 14, 2008

(Des)conectados

(Música: 2-6. Oscuro. Los actores se sientan. Los dos Técnicos, con sus micros, van a ambos lados del escenario. Luz sobre ellos. Hablan con la música de fondo).

TÉCNICO.- Unos artistas como nosotros, con nuestras mentiras, no mejoramos la vida de casi nadie.
TÉCNICO-2.- Sin embargo, valiéndose de sus mentiras, cualquier político chafa, arruina, el destino de millones de personas.
TÉCNICO.- La democracia se ha convertido en un lugar frío, oscuro y siniestro. Es la pescadilla que se muerde la cola.
TÉCNICO-2.- Para tener gobiernos justos hay que tener un pueblo informado, que sepa lo que elige.
TÉCNICO.- Para tener un pueblo informado hay que tener gobiernos justos.
TÉCNICO-2.- Ahora no me preguntéis cómo hemos llegado a tal grado de desorientación.
TÉCNICO.- De ahí los gobiernos que nos intentan gobernar: inútiles seres despiadados hijos de la gran puta.

(Silencio. El Coro se levanta. Música: 2-7)

JAVIER.- Pregonamos la fe en el progreso y seguimos anclados en las tradiciones más retrógradas.
MAICA.- Deseamos la paz y hacemos la guerra.
SARA.- Buscamos la felicidad acumulando bienes materiales.
DAVID.- Y, mira por donde, nos deshacemos del tesoro más apreciado: nuestra capacidad de disfrutar de un amanecer, de un paisaje, de un poema…
SHEYLA.- Somos unos verdaderos cretinos, unos seres contradictorios siempre insatisfechos.
ADÁN.- Por eso, cuando nadie nos ve, borrachos de soledad, lloramos por la inocencia perdida, por un recuerdo, una caricia, un beso, una palabra tierna, un…
GEMA.- Dime alguna palabra tierna, por favor.

(El Coro se va repitiendo esta última frase. Oscuro. Al final quedan los técnicos, iluminando el escenario y al público con la linterna. Estallido final de la música. Desaparecen las imágenes y la luz.)

Estos fragmentos de Rodrigo García y Plàcid S. Rosaleny, reconvertidos en textos teatrales, que aparecen al final de (Des)conectados, la obra sobre la que tus alumnos y tú habéis trabajado este año, creemos que resumen bien como te sientes después de los días de furia electoral. Así que con ellos te despides durante quince días: Te largas de vacaciones, y volverás, seguramente, igual de cascarrabias que te vas. ¡Te esperamos!

viernes, marzo 07, 2008

Pesadillas

Cuatro de la tarde. Fuera del hábitat natural, de la mesa camilla con brasero eléctrico (consecuencia de las regulares visitas de los suegros, mesecito al año, y costumbres a las que probablemente habría que levantar algún monumento) en que últimamente escribías tu post semanal. Biblioteca del Instituto. Centro vacío. Reuniones para la Evaluación trimestral. Tarde, pues, de terapia de grupo y lamentos varios. Te aíslas, pues, un rato, buscando quizás nuestra compañía, aunque sea virtual. Cansado. Llevas unos cuantos días leyendo insensateces en forma de trabajos escolares, y eso debilita a cualquiera. Comprobación (enésima) de la evidencia: todo pasa y nada queda por las mentes ajetreadas de nuestros ciber-estudiantes. ¡Lástima de tanto tiempo perdido!

Te acabas de enterar, por otro lado, del atentado contra el exconcejal socialista de Mondragón. Desconoces los detalles. Lo primero que has pensado es: menos mal que no ha sido a alguien del PP. No tienes ningunas ganas de oír la batería de sandeces que, sin duda, se les hubieran ocurrido. Es bastante probable que, aun así, también se les ocurran ahora: es genial lanzar cadáveres a la cabeza del adversario electoral, y a la cabeza de la decencia, o de la ética, o del sentido común también, y si no no haber osado llevarles la contraria: la culpa es nuestra, por desafectos.

O también: el Miércoles pasado la vicepresidenta, Fernández de la Vega, estuvo en el Instituto de Sofía. Encuentro con un grupo de alumnos, en clase. Charla distendida, más o menos electoral. Esa misma tarde apareció una reseña en Libertad Digital, el ciber periódico facha. Si a alguien le apetece, que la busque: no tiene desperdicio. Según ellos, la vice había dado una clase de Educación para la Ciudadanía, adoctrinando a los pobres “niños” (mastuercillos de 4º de la ESO, 16 añitos) cual Goebbels despiadado. Ayer jueves llegaron al centro no menos de doscientos mails amenazantes, insultantes, mágnificos ejemplos de cómo se defiende la “Libertad digital” en este país de obispos al galope e inquisidores nostálgicos de viejos poderes ejecutores. Incluso una señora (de Valladolid, nada menos) estuvo dando repetidamente la paliza… ¡por teléfono!

Estamos, pues, rodeados. En tus pesadillas, ejércitos zombies de niñas de Rajoy (como las que salían ayer en el mitin del susodicho en la plaza de toros de Valencia) te persiguen para devorarte las malas entrañas de rojo criminal, con un crucifijo de dimensiones inmorales en ristre, y sartas de cilicios por metros, dispuestas a regenerarte, a hacer de ti un auténtico meapilas morboso, babeante, de voz meliflua y ademanes de santo varón auténticamente preocupado porque siga habiendo mendigos a las puertas de las Iglesias: los emigrantes quedarían perfectos para el óbolo misericordioso de las familias españolas de bien, a la salida de la misa reconfortante y espiritualmente imprescindible para el verdadero equilibrio asexuado, que nos garantice que las mujeres callen ante toda agresión, porque su deber es el que es, y no nos tires de la lengua, no nos tires de la lengua, que nos desbocamos, y luego pasa lo que pasa, pierdes el hilo y acabas diciendo, por ejemplo, que te vas a tener que plantear hacerte objetor tú también: ¿qué tal no volver a firmar un boletín de notas en el que aparezca “Religión” como asignatura de tus alumnos? ¿Qué tal negarte a cumplir ni una sola hora de “Alternativa a la Religión”? ¿Qué tal impedir de modo físico que ningún cura se acerque a los estudiantes confiados a la custodia de un centro de educación público y laico? ¡Ya está bien! Como decía Serrat: entre estos tipos y tú hace ya mucho tiempo que hay algo personal. Definitivamente, hay que olvidarse de la buena educación. ¡A por ellos, y no paremos hasta conseguir una República que valga la pena! Al menos, como sueño, está mejor que la pesadilla de tutús y camisetitas inmaculadas: “Yo soy la niña de Rajoy”. Por cierto, la pesadilla ganaba en terrorífico efecto si se oía de fondo el vozarrón alcohólico festivo de Rita Barberá, la alcaldesa de Valencia, pronosticando “Victoria, Victoria” entre arrebatos enfervorizados dignos del mejor vudú haitiano. En fin: defendámonos, mientras aún estemos a tiempo…