Quevedo
Acuciados, revueltos, inmersos en el caos bien organizado, no tenemos excusas. Recurrimos, sin más, a la carpeta polvorienta. Fecha desconocida porque, en aquellos tiempos, nos daba por no poner fechas…
Tal vez quedará siempre el misterio de por qué no se hicieron las cosas. No se edificó el signo, el monumento, la advertencia: Manolo y Pepita estuvieron aquí. Lo abstruso es tantas veces la clave. La palabra dicha a medias. El código ininteligible. De cada lugar regresará la memoria de lo ejecutado, y la vista atrás un jeroglífico de leguleyo especialista. Por qué pretender ninguna claridad. El simple abandono de uno mismo en el mundo donde se cruzan todas las palabras, todas las ideas, objetos, recuerdos, alucinaciones. Un mundo continuado que prefiere seguir ignorando los enrejados-código, los manuales para la recta interpretación de lo originariamente torcido.
El azar que desespera los sistemas. Aquí te veo y aquí te mato. Es de nuevo pretender organizar el caos lo que siembra las distancias. Entre tú y el mundo, entre el ritmo y lo enérgicamente arrítmico. No hay arritmias. No hay músicas. No hay transparencias. Una colosal madeja de acertijos engarzados.
UNA COLOSAL MADEJA DE ACERTIJOS ENGARZADOS:
El presente, nunca el futuro. Estar vivo y darse cuenta de ello precisamente ahora. No mañana: ahora… y estamos de nuevo sobre lo mismo… y combinamos sin límites… y es justamente la constante combinación la que nos salva. El modelo es el futuro. No pretendas hacer luego lo que estás haciendo ahora. Por buscar el modelo te detienes y lo dejas para otra ocasión: pero abrir la compuerta –desechar la cuadrícula- es terriblemente difícil: no siempre sucede: henos aquí, de nuevo, abocados hacia el futuro. ¿Es esa la maldición? Y el futuro acaba. Nunca llega el presente: se va.
EL PRESENTE NUNCA LLEGA: SE VA.
“Toda nuestra ansia es vivir la muerte”. Quevedo.
Tal vez quedará siempre el misterio de por qué no se hicieron las cosas. No se edificó el signo, el monumento, la advertencia: Manolo y Pepita estuvieron aquí. Lo abstruso es tantas veces la clave. La palabra dicha a medias. El código ininteligible. De cada lugar regresará la memoria de lo ejecutado, y la vista atrás un jeroglífico de leguleyo especialista. Por qué pretender ninguna claridad. El simple abandono de uno mismo en el mundo donde se cruzan todas las palabras, todas las ideas, objetos, recuerdos, alucinaciones. Un mundo continuado que prefiere seguir ignorando los enrejados-código, los manuales para la recta interpretación de lo originariamente torcido.
El azar que desespera los sistemas. Aquí te veo y aquí te mato. Es de nuevo pretender organizar el caos lo que siembra las distancias. Entre tú y el mundo, entre el ritmo y lo enérgicamente arrítmico. No hay arritmias. No hay músicas. No hay transparencias. Una colosal madeja de acertijos engarzados.
UNA COLOSAL MADEJA DE ACERTIJOS ENGARZADOS:
El presente, nunca el futuro. Estar vivo y darse cuenta de ello precisamente ahora. No mañana: ahora… y estamos de nuevo sobre lo mismo… y combinamos sin límites… y es justamente la constante combinación la que nos salva. El modelo es el futuro. No pretendas hacer luego lo que estás haciendo ahora. Por buscar el modelo te detienes y lo dejas para otra ocasión: pero abrir la compuerta –desechar la cuadrícula- es terriblemente difícil: no siempre sucede: henos aquí, de nuevo, abocados hacia el futuro. ¿Es esa la maldición? Y el futuro acaba. Nunca llega el presente: se va.
EL PRESENTE NUNCA LLEGA: SE VA.
“Toda nuestra ansia es vivir la muerte”. Quevedo.
posted by Cronopio444 at 8:00 p. m.
10 Comments:
Joer con Quevedo-Cronopio!!
Acertijos engarzados, cuadriculada tu carpeta?
Me recordaste unos versos de Ángel González que hablaban del porvenir, la propia palabra es otro acertijo engarzado... como va a venir lo que siempre estará por venir? Asi que tampoco existe el futuro. Pues sí que sí...
Besossss perplejos, al menos esos sí que están aqui... jeje
Perplejo y mareado, en mares quevedianos de ausencias y presencias entrelazadas hasta el delirio... ¡Socorro! Besos de futuros renovables.
No hay musica.
Aca te veo y te mato.
No hay futuro.
Todo instantaneo y al instante.
Me resisto, grito, pataleo, peleo, necesito del momento de mañana, necesito saber que podra ser.
Lo se y lo siento.
Abrazos de aqui y ahora. :*
Y luego, también, y justamente por eso, Malena... ¡De aquí y de siempre!
Cronopio, alguna vez creí en el futuro, alguna vez me comí las uñas, deliré por la escena aún no realizada... Ah, tomo mi mate, estiro las piernas, pienso en otros, pienso en mí,
mundo mundo volátil
guerra guerra diaria
tira la canica
salta la rayuela.
Quevedo sabía lo que decía
Mejor que la vida secreta de los cronopios se expanda
y que uno pueda ser más cronopio que fama.
En expansión y contracción, de frente y marcha atrás, dando tumbos entre los elementos del decorado, Virginia, montando y desmontando escenografías, improvisando parlamentos, soñando despiertos, con la seguridad de andar rozando siempre el cielo de la rayuela... rozando, sólo rozando, ya sabes...
pues me pongo los quevedos para leerte mejor... con una copa, como siempre, of course Lord...
Señor Cronopio que pase usted una buenas fiestas bien acompañado.
Uf! Quevedo que personaje!
En el fondo, Reaño, Quevedo hubiera hecho lo mismo... Creo que le hubiera gustado dedicarse simplemente a sus placeres... Pero se lo impidió su "mala cabeza". Un abrazo.
Gracias Xnem, que las fiestas nos sean propicias a todos...
Muuu mal, amigo Cronopio, muuu mal... jeje.
Bueno, esperaré... jajajaja
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