viernes, octubre 06, 2006

LÓGICA DE LOS NOMBRES (2006)


Nadie que escriba reencontrándose dice
La verdad, además para qué
Iba a querer decirla
Si la edad finalmente ha invalidado
Esos hirsutos tramos infidentes
De la historia.

J. M. Caballero-Bonald
(con permiso de Marga)




Cuando ya teníamos resuelto el post-parto de los montes que acabamos de comenzar, vas y decides que te duele la garganta, que comienzas a moquear por encima de las dosis tolerables de fluido atorrante, y que para lo que te lo agradecen no vale la pena el viaje, así que decides enviar a “pastar fang”, que dicen por aquí, a las clases, a los alumnos, y a los esforzados compañeros de guardia que te habrán de cubrir, te tragas un anti-inflamatorio, desayunas tranquilamente y te sientas, tan contento, detrás de nosotros, a mirarnos por encima del hombro. ¡Mira qué bien! Pues nosotros ya teníamos preparado el comienzo, así que, te pongas como te pongas, no pensamos dar marcha atrás.

Y, en efecto, acabamos rebuscando entre carpetas casi olvidadas, revisando tus viejas historias de cuando todavía no nos las contabas a nosotros sino a Aurora, la primera Aurora, la misma que luego desapareció y te dejó midiendo palmos de narices, mudo y cabizbajo. No deja de ser una tarea de urgencia, de la que iremos rescatando, quizás, más cosas. Y aprovechamos la ocasión para hacer ejercicio de crítica, para ponerte tal vez en evidencia, en justo pago a tu largo abandono, a los años de desierto silencioso y duermevela de tics y amaneramientos, que los tuviste, y los tienes, y bien graves, por cierto. Así que si te fastidia, te aguantas.

¡Perfecto! No hay quien entienda nada… Está bien, usaremos los colorines. ¿Vale que cada colorín era una fase de la escritura? Así podemos jugar todos a lectores de Rayuela, ir dando saltos como posesos de cuadrícula en cuadrícula, ir tirando tejos a discreción con cuidadín para no averiar cabezas ajenas, y resguardar la propia bajo el casco de alguna apariencia de orden comprensible. Mientras te duchabas (nos interrumpes sin ninguna consideración, claro) estabas dándole vueltas a la vieja cuestión: maldito razonamiento obsesivo y recurrente. Cada vez que decides ponerte enfermo (no más de dos días al año, hay que joderse) se alinean frente a frente en tu perolo calenturiento los ejércitos combatientes en toda buena conciencia anarco-judaica. A la derecha, con calzón negro, las buenas razones para quedarte en casita, que no creemos necesario explicar porque son evidentes; a la izquierda, a calzón quitado, extrañas consideraciones acerca de las obligaciones personales, la situación de los que no pueden hacer lo mismo que tú (¿el albañil inmigrante, por ejemplo?), la condición esclavizada de los trabajadores del mundo, la larga historia de sangres ajenas que nos permite disfrutar hoy de, por ejemplo, el derecho a ponernos enfermos, la patética actualidad de desorganización sindical, política… Pero…¿quién te has creído que eres? ¿Federica Montseny? ¡Te quedas en casita porque te toca quedarte en casita, y ya está! Lo demás son elucubraciones de cura seglar con cilicio incorporado. Así que déjanos en paz, y léete a ti mismo, a ver si así te avergüenzas con motivo (como decía tu madre cuando se acercaba a ti zapatilla en mano)
LÓGICA DE LOS NOMBRES (198¿3?)
I
Seguía ahí, sentado en un escalón, mirando a la loca que se paseaba delante de la puerta de la catedral. “La loca que espera y habla quién sabe con quién”_____________Ehhh, no queríamos interrumpir tan pronto,pero prestad atención a las comillas… Este de aquí detrás, que ahora no puede vernos porque no nos da la gana que nos vea, no lo sabía aún, pero ya se moría de ganas de hablar con nosotros, aunque ni sospechaba la matraca que le habíamos de dar en futuros, como siempre, más que previsibles____________. Quizá así, con esas palabras, podría contarlo alguna vez. “Yo la busqué, ¿entiendes?, yo la busqué. La vi en un bar mientras me tomaba una cerveza en la última mesa de la noche, pensando en Aurora. Al principio, todavía escuchaba la conversación de algún amigo ocasional, de esos que uno encuentra siempre en los lugares de siempre, ya sabes”.
Todavía el sabor del gin-tonic sobre la lengua. En los ojos, que tendían ya a desfigurar las sombras, bailaba la sonrisa abierta y ausente de la loca, como un espejo. Un maldito espejo. “La seguí porque alguna vez el artista elogió la locura y porque no tenía nada más excitante que hacer. Pero yo sabía que a las seis de la mañana, con las manos en los bolsillos y un buen principio de resaca, iba a regresar a mi habitación, siempre monótonamente persistente, al final del recorrido”. Sentado, deseando que le mirara (mirándola y provocándola con gestos telepáticos de párvulo adivino), deseando que regresara a su lugar en el escalón, junto a él, y le contara de nuevo aquello de que era importantísimo que esa noche tocara, al menos, una tecla del órgano de la catedral, se dio cuenta de que ya había olvidado las explicaciones de la loca, él, el cuerdo. Y qué más daba, cualquier explicación. Él estaba allí, eran las cuatro, hacía frío.

Y justo llegados a este punto, finalizan los documentos de que disponemos. Aprovechamos la interrupción para instaros a que disfrutéis de la virginal tercera persona, normalita y todo, del aguerrido narrador veinteañero, y a que retoméis la historia próximamente (cuando a nosotros nos parezca oportuno, claro). Imaginad mientras tanto que hemos ido a un mercado toledano y que le hemos comprado un manuscrito en árabe rifeño al camello de la esquina, en el que figura una foto a todo color del protagonista sentadito en las escaleras de la catedral, con una vaga figura femenina al fondo… Ese manuscrito nos permitirá continuar en breve plazo… Nosotros, entretanto, nos enzarzaremos en una divertida discusión acerca de si es preferible colocar en el blog una entrada superlarga, o partirla en pedacitos, que siempre dispersan la atención y marean a los impávidos lectores, mes frères (quién nos manda utilizar idiomas que desconocemos… seguro que hermanos no lleva acento…), mes semblables, o algo así, ¿no?

8 Comments:

Blogger Marga said...

Con permiso de Bonald o con permiso de los años transcurridos (no tantos como los de él, de momento)que invalidan la verdad o nuestra forma de contarla.. El mio lo tienes, ahora busca el resto... jeje.

Señor anarco con cilicio quédese en la camita y tome tisanas, sana, sana culito de rana. Los colores sientan bien a sus ropajes y entre locas y cronopios incordiantes le aseguro que no me sentí mareada, alguna sonrisa se me escapó leyendo...

Siga calzando o encarpetando su memoria, please, me gusta disfrutar de lo que leo.

Besossssssss swing de órgano en la ermita.

4:34 p. m.  
Blogger Cronopio444 said...

La carpeta está bien polvorienta, y bastantes folios muy amarillos, pero el caso es que los leo y me reconozco... ¿Será que los escribió la misma persona? La duda me corroe... besos, siguiendo el ritmo con un dedo...

6:34 p. m.  
Blogger Reaño said...

et mes amis...

el ser o no ser de las carpetas...

va a ser que sea

y es.

8:21 p. m.  
Blogger MaLena Ezcurra said...

Saltando las baldosas de una en vez.

Buscador buscado.

Tus textos son acaracolados, necesito poner mis sentidos todos para leerte. Y es bello que asi sea.


Besos porteños, ciudad de cronopios ambulantes.

10:29 a. m.  
Blogger Cronopio444 said...

Las carpetas, reaño, las carpetas siempre en solfa y lisonjeramente siendo...

La espiral del caracol sinfin, Malena... ¡cuántas veces no aparecí por un Buenos Aires casi tan imaginario como el real en tanta caminata imprevista! Bastaba apenas atravesar el límite, saltar de a dos las baldosas...
Aprovecho para decirte: no dejé rastro de mi paso en el último salto a tu blog... ¡Tenés tantas visitas que temo repetirme, en ese bosque que va siendo enorme de bocas, brazos, respiraciones entrelazadas! Sé que sabes, sabes que sé... Besos de tantas veces porteño imaginado...

4:23 p. m.  
Blogger Rain (Virginia M.T.) said...

O ilógica en el desorden que uno quiera darle a lo que escribe, en el espacio que aguarda... es una imagen: estamos suspendidos en la blogósfera como en ciudades o islas personales, colectivas...

grandes salutes.

8:36 p. m.  
Blogger MaLena Ezcurra said...

Claro Cronos, entiendo.

:'(

10:03 p. m.  
Blogger Cronopio444 said...

Suspendidos y saltando de isla en isla, rain, como por aquí voy saltando de tiempo en tiempo... ¡Inmensa Rayuela virtual!

Contaba con ello, Malena. ¿Te volví a agradecer tu poema de bienvenida? Todavía me dura la sonrisa de oreja a oreja. besos sonrientes.

1:42 p. m.  

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