viernes, septiembre 15, 2006

El paseante

Caminabas entonces, desde una copa
hasta la siguiente, con la inercia
a punto de ser tambaleo inapreciable
y serio,
como sólo la tristeza indefinida
que llevabas contigo en cada paseo
puede ser seria,
cabizbaja,
ensimismada.
La calle se tragaba tus pasos,
y tú la saliva que humedecía
pensamientos , nocturnidades
ensambladas al delirio en construcción,
imágenes psicóticas de abandono,
carencia,
lagrimón de cocodrilo y sotana
arrastrada por el barro
del penúltimo gin-tónic…
Deseabas quizá la apariencia de ángel
caído
que tan sutilmente envidiabas
a los ciertamente derrotados
verdaderos, mientras tu espalda
a regañadientes se erguía en juegos
sonámbulos
de camino a ningún sitio…
Noche tras noche, copa
tras copa, resacas
de noche erecta y sudores,
sábanas solidarias
con tu abandono de fingido profeta
y mediocre imitador
de héroes imposibles, alimento
de dioses en olimpos
de andar por casa y excelentes
condiciones de joven que promete,
amaga,
finta
y desaparece,
silencioso,
entre pliegues
de telón mal entornado…

3 Comments:

Blogger Marga said...

Ummm Cronopio poeta, fintando, enlazando, paseando, perdido por calles y telones de madrugada... sonámbulos bajo efluvios que a veces traen tristeza, que a veces traen vida. Las aceras y sus secretos...

Besossssss columpiándonos en las rayas del suelo.

Buen finde, cronopio andante

11:55 a. m.  
Blogger Cronopio444 said...

....haciendo equilibrios para no pisar raya prohibida, de las que mandan de cabeza al infierno de los cronopios malvados... Sí, Marga, que el finde nos cobije... Más besos itinerantes.

12:21 p. m.  
Blogger Cronopio444 said...

Y sobre todo, Valentina, cuando el poeta se detuvo, recogió la aureola del barro y se la volvió a encasquetar, pringosa y chorreante de vida, agua al fin de sólida consistencia.

4:30 p. m.  

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