lunes, septiembre 08, 2008

Perú-3, y otras cosas

Domingo, 7 de septiembre

Lima, de a ratitos, entre bus y bus o entre avión o avión. Hotel en el Miraflores de, quizás, Bryce Echenique, o el taxi obligado a Barranco y el monumento a Chabuca Granda, y el Puente de los Suspiros, y el paseo hasta el mar al que le van robando también a dentelladas su espacio terroso tallado a pico de acantilado inestable, que unos obreros van afianzando y llenando de plantitas que a saber hasta cuándo duran. Y el mar allí, sí, el Pacífico oscuro y agitado (¿qué no es oscuro en esta Lima de bruma perpetua?) sobre el que tiran sus tablas los surfistas, del otro lado del Perú desértico que espera a algunos kilómetros, en alguna de las salidas caóticas de la ciudad que va devorando de una esquina el mar y de la otra el desierto, seguramente por no devorarse a sí misma, por mantener el centro colonial en su ubicación de sueño afiebrado, de imposible logrado a golpes de desvarío…
Iréis hacia el sur luego, a lo que queda de Paracas, Ica y Pisco, para embarcaros una vez debidamente encajonados (ganado turístico que esquiva como puede a los vendedores de sombreros contra el guano –y tú te imaginabas la mierda lloviendo a cántaros, juicio final de cormoranes vengativos o pingüinos despistados…) hacia las Islas Ballestas y su placidez de lobos marinos recostados sobre las rocas con gesto condescendiente: “aquí están de nuevo”, parecen pensar, “los pesados estos de las fotitos…”. Del guano, por supuesto, apenas la visión de las rocas cubiertas, y de los muelles de carga que asoman entre ellas… Casi te quedaste con las ganas de salir con una buena plasta en la cabeza, que poder exhibir con orgullo de “manchado de guerra” en posteridades imprevistas…
El día se completaría con el sobrevuelo de las líneas de Nazca, tras unos cuantos kilómetros más de “van” somnolienta. El delirio de las líneas trazadas en el desierto se os mezcló entonces con la ebriedad irreal del vuelo en avioneta, y la sensación quedó atrapada, quizá, en una consistencia de espejismo, en un estado de solidez postergada, similar supones al que acometió al primero que pudo ver tal cosa desde tales alturas de ensoñación casi líquida…
Y siempre, en el viaje, la gente… Los grupos de cabañas en medio del desierto. Los trabajadores de los barcos o de los hoteles. Tenderetes para los turistas por todos sitios, y la mezcla de maravillado estupor y vergüenza propia que no te cansas de recordarte a ti mismo, aun sabiendo que ya vas resultando un poco cargante…
Así que… ¡Plof! Salto a 1990 (fecha exacta sin anotar). Primeras dos páginas de la Libreta Húngara nº 2. Así, sin pensárselo dos veces…

Vaivén justificadamente cerebral: dispersiones de bruma y tópicos: con orden, que fuera con orden como los dioses dispararan sus salvas y los caídos incendiaran mundos de cartón, papel, desnudeces sistemáticas de post-mortem y dedicatorias.
Que fuera con orden que los dioses
produjeran salvas y caídos de cartón.
Que la divagación no nos haga olvidar el orden imposible como los racimos congregados en la estación o los galeones anclados en los puertos deportivos. Que todo pudieran contenerlo los bastiones enfrentados al mar. Que lenguas poderosas vocearan incertidumbre y tinieblas postergables. ¡Que un taxista húngaro quisiera llevarme a donde yo quisiera ir!
Que todo pudieran contenerlo
los bastiones enfrentados al mar.
Ante lo imposible, la fugaz persistencia, la mirada fija del que insiste y vuelve a insistir. Que en el desorden aparezca un dios fundador. Que las cosas cobren forma y las ebriedades consistencia. La muerte entonces, convertida en programa perfecto que se cumple punto por punto y comas disparatadas. Polaroid que capta el fogonazo. Memorándum perfectísimo, comité ejecutivo, cientos por ciento.
Pero siempre es mayor el resquicio por donde se vacía el mar. Cinco minutos para la fuga. Cinco minutos para el silencio y un siglo para la voz que no ha de ser, la voz del dios que no será, que no contendrá el absoluto de los todos ni vendrá a rectificar los depósitos de errores incontables, de silencios imperfectos, de estéticas nunca conformes con su inmenso margen de fracaso.
En la página el sonido del vibráfono. Más allá todos los vibráfonos y las voces a través de la ventana. Prosigue la confusión, prosigue.

Que todo pudieran contenerlo
los bastiones enfrentados al mar.
Que lenguas poderosas vocearan
incertidumbre y tinieblas postergables.
Que las cosas cobren forma
y las ebriedades consistencia.
La muerte entonces,
convertida en programa perfecto
para la fuga. Definitiva.

Lo reconozco: he hecho trampa. El último verso lo acabo de añadir ahora mismo, justo cuando imaginaba, de nuevo, el mar gris que golpea la costa de Lima, como un arrebato de furibunda…imposibilidad…. Regreso entonces al final del texto de la libreta, y transcribo las dos últimas líneas…

Las botellas de los náufragos chocan en altamar, y apenas sonido de vidrio golpeado.

13 Comments:

Blogger Lena yau said...

Hay trampas necesarias, impostergables.

Una noche fui a una peña criolla a escuchar a mi cantante favorita:Eva Ayllón.

Bebí cervezas frente al mar.

Un mar tan diferente a mi mar...ta oscuro, tan frío...

Lo dicho. Trampas necesarias.

(leo este post y pienso que podría casarme contigo...jajajajajajajaja....es broma, es broma...ya sabes....no puedo evitarlo)

Besos, 44

11:19 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Qué ganas tengo de viajar, Cronopio. De ir a una ciudad que tenga puente de los suspiros...

11:44 a. m.  
Blogger Cronopio444 said...

Lena, ¿estabas ahí escondida, esperando que pusiera el post? Todas las trampas sirven... Y me encanta que no puedas evitar pensar que podrías casarte conmigo: ¡las bromas las carga el diablo! (Seguimos bromeando...¿cierto?...). Besos circunspectos.

12:16 p. m.  
Blogger Cronopio444 said...

Fusa, puiente de los supiros, que yo sepa, sólo hay uno. Pero eso sí, por puentes que no quede... Con el tiempo, uno descubre que el mundo es un pañuelo, y que las gentes y los puentes son uno y lo mismo en cada lugar... Un abrazo.

12:18 p. m.  
Blogger Lena yau said...

Nos cruzamos.

Tú estabas en mi página y yo en la tuya.

Ves?

El uno para el otro....!

(jajajaja)

Besos carcajeados mejor que circunspectos...no?

bromas, sí...

12:38 p. m.  
Blogger Margot said...

La mezcolanza de ciudades y paisajes... un puzzle en la cabeza todo revuelto. Así me llegan también mis recuerdos de hace apenas dos meses.

Me puedo llevar esas dos últimas líneas? es ahí donde la confusión deja de proseguir. Y no hay fugas...

O que tengo un día tonto y reinterpreto desde mi, ays.

Besote húngaro o limeño, ambos también.

12:59 p. m.  
Blogger Cronopio444 said...

Si lena, carcajeemos los besos...¡Y que la broma continúe!

1:05 p. m.  
Blogger Cronopio444 said...

Ay, Marga... Días tontos, reinterpretaciones... Da igual lo que sea. Las líneas son tuyas, y todo lo que quieras llevarte... Mientras tanto, es preferible disfrutar de los rompecabezas, y recordar cualquier imagen de mar (también los días luminosos, en el Mediterráneo, cuando se oye suavemente el reflujo de las olas que se retiran). Pero las botellas seguirán entrechocando... Besos con mensaje dentro.

1:08 p. m.  
Blogger Patricia Angulo said...

Perú 3 y tu mirada absolutamente poética. Para quedarse de viaje.

(acá me estoy riendo con Lena y su propuesta matrimonial)

Mirá lo que despertás recordando viajes :))

Besos.

4:21 p. m.  
Blogger Cronopio444 said...

Pato, la verdad es que uno se quedaría de viaje siempre... Pero la dura realidad es la que es... Así que mejor tomárselo con buen humor... Beesos

10:36 a. m.  
Blogger karina Androvich said...

Hola cronopio 44, gracias por haber conocido mi espacio.
Por lo que veo viajás mucho, bien hecho, envidia sana desde el sur en forma de saludo.
Teatrero no?
Yo también
Karina

3:52 p. m.  
Blogger Cronopio444 said...

Gracias a ti, karina, por tu visita...¡y por tu envidia! Y sí, teatrero, al menos como espectador y como sufrido "productor" de teatro escolar... Saludos desde el norte, todavía caluroso...

5:10 p. m.  
Blogger MaLena Ezcurra said...

Siempre voy a los saltos, soy un delirio, y lei el final sin querer, perdoncito.

"Las botellas de los náufragos chocan en altamar, y apenas sonido de vidrio golpeado."

Y zas! se me perdieron las palabras, ante tales decires, después regreso.


Beso avergonzado. :(

MaLena.

12:08 a. m.  

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