martes, mayo 13, 2008

Nuevos silencios húngaros

Hoy tus yoes deciden jugar a los mundos paralelos. Así que, juguemos. El de hoy, el de ayer, busca textos y pretextos para el proyecto teatral del año que viene. Apuntes para una dramatización del silencio. El de hace veinte años sigue escribiendo en su preciosa libreta húngara…

Lunes, 12 de Mayo de 2008
El silencio. Apuntes para una dramatización.

(Actores en escena. Música. En los silencios intercambian gestos “huecos”, gruñidos, elementos de “cohesión grupal”. Coreografía de las transiciones música / silencios).

VOZ.- En el silencio oigo el rechinar de mis tripas.
El silencio me sitúa frente a mi propio vacío.
Hago gestos extraños, pongo caras raras si me quedo en silencio, y si nadie me habla, si me quito los auriculares, si desconecto el móvil y todos mis aparatitos.
Tengo pánico al silencio.
Puedo oír mis pensamientos.
Escucho una voz que parece la mía, y que me pone muy nervioso…
¡Soy yo, estoy aquí!

VOZ.- De repente entro en mí, me exploro, me reconozco… Y eso me da miedo. Noto como crujen puertas y muebles en mi interior… Me siento respirar… ¡Me huelo! ¿A qué huelo, en el centro del silencio?

VOZ.- Podría estar precisamente en ningún sitio: nadie a mi alrededor, nada a mi alrededor.
En el silencio absoluto pronuncio una palabra, gruño, grito, aúllo…
Imito a todos los animales que conozco, imito el llanto de un bebé, el sonido de la lluvia, el claxon de un camión, el tráfico en la ciudad. ¡Ya no estoy solo! El ruido me hace sentir vivo, me deja la mente en blanco, me olvido de quién soy y de qué hago aquí.

VOZ.- Necesito el ruido, necesito la música permanente, las palabras consecutivas a las que apenas presto atención, a las que no presto atención en absoluto.
¡Maldito silencio!

(Actores aislados en “burbujas de ruido”. Hablan y cobran vida cuando se para el mundo… Desde su burbuja…).

30 de Agosto de 1989

Hablamos. Hablamos mucho y le vamos poniendo nombres a las cosas. Certidumbre absoluta. ¡Pobrecito, no tiene certidumbres! Personaje sin metas. Pirandello tenebroso.
Tampoco hablar de esto deja de ser verborrea. No tendría importancia, sin embargo, si no existiera la creencia de que hay, debe haber un ritmo. Si esa creencia no fuera universal, quiero decir. ¿Por qué todo el mundo se conforma con ritmos tan sencillos que su fraude es evidente? Delincuentes, locos, desviados: disonancias. Enfermedad, depresiones, anomalías: disonancias. El otro; inmensa disonancia. Pero todo lo integramos en nuestro ritmo particular, con el bonito apelativo: disonancia. Y sin embargo, ¿no son todos los ritmos acoplables? ¿Hasta qué limite?
Conclusión; no más metáfora rítmica.
Metáfora ingenieril: buscar pretextos para tender puentes. Vivir en el perpetuo tender puentes. Objetivo en sí mismo: enlazar con cada cosa, con cada persona, con cada yo que vamos siendo cada vez. Eliminar la ansiedad introspectiva. Me oculto mis inconfesabilidades, mis pecaminosidades.
O concebir algo nuevo sobre los viejos materiales. Sea la musa poética, sea la imagen retocada. Sean nuevos puentes sobre el Danubio. Sean las fachadas con huellas de bombardeos en Pest. Sea el Hilton de Buda. Sea el metro de Viena o el paquete de Fortuna regalado en el tren. Sea el inglés de garrafa (…and a mineral water, please…). Typical hungarian! La dosis de páprika que el currante esnifa a mediodía, cervezas aparte.

7 Comments:

Blogger Margot said...

En primicia esos apuntes... ummmm.

Y tus esbozos acerca del silencio hace veinte años, ahora.... las líneas férreas ya estaban marcadas, los puentes entre tú y tú. Ya ves, esa metáfora ingenieril me gusta aunque los puentes me llaman la atención y me asustan por igual.

Y ahora silencio, que me gusta releer tus pensamientos.

Un beso shhhhhh.

10:18 a. m.  
Blogger Cronopio444 said...

La idea de los puentes es de Cortázar, Margot... Una escena de Rayuela en concreto, un tablón tendido de ventana a ventana, sobre el vacío, Y Talita entre los dos protagonistas masculinos... Ya ves, se me quedó grabada... Por cierto, en tu caso, ¡se agradece tanto que rompas el silencio! Así que: besos escandalosos...

6:57 p. m.  
Blogger IndeLeble said...

Mi querido Cronopio extrañaba tus monólogos tan jugosos en tercera persona!!
La verdad que me hiciste en un pequeñito muy pequeñito momento recordar "Las armas secretas" de Cortázar , esas voces que oía , faltaba la chica ;)Bueno un placer haber venido a leerte sabés que sí , me gusta esa forma de monologar.
Un besazo y hasta prontito !!

4:45 a. m.  
Blogger IndeLeble said...

Mira ahora ya ni me fuí y leí el comentario de Margot , aja´o sea que yo también acerté con el otro :)Que cosa imitando a mi Julio , pero te salió muy bien , rayuela le tengo que releer , (hace tanto tiempo)ese fue el primer libro de Cortázar que leí y quedé muy impresionada y también "Los premios", claro era muy chica.
Besis!!Y no se reta a las mujeres oíste :(

4:49 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Pensar este tipo de cosas es lo que no me deja dormir.

Eso y escuchar los sonidos de mi cuerpo....saberme cuerpo.

Lo de "el otro" como disonancia inmensa es lo que buscaba hace tiempo.

Maravilloso, Cronopio...

7:38 a. m.  
Blogger Cronopio444 said...

Yo también te extrañaba, ali... Ahora podremos seguir tendiendo puentes, que es de lo que se trata... Besos renovados.

6:11 p. m.  
Blogger Cronopio444 said...

El insomnio es tantas veces el precio, lena, de tanto silencio, de tanto ruido y de tanta disonancia... Un abrazo, y gracias por tu visita...

6:12 p. m.  

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