martes, octubre 02, 2007

Colombia-3

Lunes, 24 de Septiembre
Eres tan perezoso que los días reales se van alejando de los evocados a velocidad de récord del mundo de lo que sea… Nos abalanzamos pues sobre ti para robarte fragmentos de memoria (esa que luego pierdes con más facilidad todavía, para dejar convertido el pasado en un desiertillo con apenas arena y quizá una brizna de “sí, me acuerdo vagamente” agostándose al calorazo de los olvidos) y te encontramos deambulando por los barrios de Bogotá en los que tus amigos revisitan sus días universitarios. Proliferan en Bogotá las universidades privadas. “¡Aquí estudiaba yo! La Universidad tenía comprados varios edificios en propiedad, pero en medio se incrustaban otros… Un portal era entrada a las clases, el de al lado era un prostíbulo, y así durante cuadras enteras… Nunca pudieron comprar los edificios de al lado, aunque lo intentaron…”
Las calles que os acercan a La Candelaria se van degradando al paso de tortuga del trancón correspondiente, y el fantasma de lo que fue Barrio Fundador y colonial se carcajea entre escombros que apenas dignifica el espacio rehabilitado de la “Manzana de las Artes”: el Museo Botero y la Casa de la Moneda… Cuánto esfuerzo, piensas tú, para la misma ciudad de los barrios miseria… Y qué contraste con el alegre dilapidar de tus gobernantes valencianets, que probablemente manejan presupuestos que multiplican por infinito los que aquí se pueden dedicar a mejorar infraestructuras culturales, con resultados decentes y sensatos… El espacio apabullante de la Plaza Bolívar que viene a continuación descabalga todos los equilibrios, y la vigilancia y los registros os recuerdan dónde estáis y cómo están las cosas…

Miércoles, 26 de septiembre
“¿Cómo me la trataron hoy, doña Sofía?”. Es el saludo del recepcionista del hotel de Villavicencio (Villano para los amigos), en el que estuvisteis doce días completitos. “¿Qué hubo (“quiubo”), don Cronopio?”. (Te interrumpes. Suena el timbre. Esperas en la Biblioteca a tus dos alumnos búlgaros…)

Domingo, 30 de Septiembre
Todo al final es una mezcla, nos dices, y tú disfrutas precisamente provocándolas: las tareas de limpieza en tu jardín, Caótica Ana (la película de Médem), las comidas y agasajos de vuestros amigos colombianos o las ínfulas y poses de los “intrépidos viajeros solidarios” que reniegan del turismo, porque ellos son especiales y no hacen lo que todo el mundo.. Es esta última una actitud con mil filos, que provoca equívocos y contradicciones sin cuento… Dar, por ejemplo, tres mil vueltas para llegar al mismo sitio al que llegarán todos los demás, pero un par de horas más tarde y molido por el traqueteo de un bus infernal y abarrotado. El “intrépido viajero solidario” acaba convencido de que “ha convivido” con los lugareños, y de que se ha puesto en sus mismas condiciones… por unas horas, claro. No sea que luego no pueda regresar a su denostado primer mundo a preparar la siguiente expedición aventurera. Has visto a alguno de ellos (compañero de viaje, para más vergüenza ajena), por ejemplo, regateando medio yuan (7 pesetas entonces) a una niña de no más de ocho años que vendía unas muñequitas de trapo a los turistas, y regresar ufano con su compra tan sabiamente adquirida. “Hay que evitar que se acostumbren a timar a los extranjeros”, te decía. Y tú hiciste un esfuerzo para no vomitarle en la cara, claro: turista de blanda entraña…
Vosotros habéis “convivido con los lugareños” en Colombia, en Villavicencio fundamentalmente. Vuestros anfitriones recibían a sus hijos después de dos años. Los amigos de padres e hijos os hicieron llover invitaciones: un asadito por aquí, un sancochito de gallina por allá, una partidita de tejo por acá… Os habéis desplazado a las casas, a los pueblos cercanos, a los negocios de estas personas de “clase media”, jubilados algunos, acogedores, amables, parlanchines. Actividades y relaciones como las de los “pueblos” españoles de antaño, de cuando la gente se necesitaba y cultivaba, por ejemplo, las relaciones de vecindad, y criaba a los hijos casi en una misma vida comunal de barrio y calle. Dudo que ningún “viajero intrépido” alcance a conocer y apreciar ese espíritu que aún sobrevive en Colombia y en tantos otros sitios. Cuestión de expectativas, tal vez…
¿Y Médem? Desajustándote la armonía neuronal a golpe de imágenes vivas e historias inverosímiles, saltarinas y absorbentes. Lo de menos, quizás, la filosofía última de su película: la Mujer como depositaria de la única esperanza que nos queda. Lo de más: la vida condensada en un delirio que nos revuelve todas las certezas… Una buena ocasión para volver a enviar a escardar cebollinos a todos los “intelectuales” y “equilibrados bienpensantes” que lo pusieron a caldo con el pretexto de La pelota vasca. Y es que estás hasta las narices de que haya gente tan lista y tan “decente” por ahí… Ya te gustaría cruzar unas palabritas con don Fernando Savater, ya, para que te explicara bien aquello de que el buen ciudadano ESPAÑOL no ha de ser nacionalista, no, sino que ha de ser, sólo, español, por aquello de las Constituciones, claro, nada más que por eso.
El jardín bien limpito, por cierto.

5 Comments:

Blogger Margot said...

Todo es una mezcla, nos dices... y no puedo estar más de acuerdo y con lo que cuentas del viajero o el turista que ya no sé si existe el primero o es una ilusión más nuestra porque sí, porque el tiempo y el espacio apremian y yo estoy aquí, no soy pero estoy, y ellos allá pero a vaces las briznas que tú cuentas bastarían... o eso deseo pensar.

Salvo en lo de Caótica Ana, no me gustó nada de nada (sí la pelota vasca y mucho, de qué se escandalizaban? mis pensamientos al respecto iban mucho más allá que los de Medem, lo que imagino se calló) pero es que será que soy mujer y no diosa o que no me gustó que alguien rellene la pérdidas que te parten con misticismos que se pierden en la realidad.

Y Savater... pues eso, no? yo sólo le escucho cuando habla de dios, jeje.

Pero a ti te escucho siempre, más bien te leo... jajaja.

Besote!!

12:25 p. m.  
Blogger Cronopio444 said...

Sí, Margot, Savater hablando de religión o de educación es absolutamente otra cosa... Y sobre la peli... bueno, habría mucho que hablar... De todas formas creo que lo que más me gustó fue la aparición de Antonio Vega... Y, sin duda, la forma de concebir las imágenes, como visiones fronterizas... Pero bueno, demasiado largo para un sitio tan pequeño... Besotes abundantes y variados...

7:29 p. m.  
Blogger MaLena Ezcurra said...

Melange en la mente.
Que es realidad, que nace de nuestra imaginería.

Es un deleite ver transcurrir tus días, por lo menos para mí, que te disfruto palabra a palabra.

Besos desde mi alma a la tuya.

6:27 p. m.  
Blogger Isabel Segura B. said...

Un placer saborear esa mezcla tuya de Colombia con aromas lugareños y Médem. Lamentablemente a 'Caótica Ana'aún la tengo pendiente pero viendo que Margot y tú discrepáis se me hace apremiante verla.
Saludos.

5:37 p. m.  
Blogger Cronopio444 said...

Acabo de regresar de puente (fiesta de la Comunidad Valenciana...) y respondo más o menos apresurado, antes del próximo post...

Me halagas Malena... El disfrute es compartido. Besazos bien mezclados, de cuerpo y alma, faltaría más...

Gracias Isb... ¡Seguiremos hablando de Médem! Un abrazo.

6:24 p. m.  

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