sábado, mayo 20, 2006

Antes de acostar

Antes de acostar, el buen cronopio revisa su mirada, para eliminar adherencias indeseadas, y descubre, tras casi arrancarse los ojos, que es que las cosas (la vida, qué le vamos a hacer) no es casi nunca como uno quisiera... Así que, buen chico, suspira y, simplemente, ocupa su lugar, la cabeza sobre la almohada, cierra los ojos lastimados y sonríe. Por si acaso.